MASONERÍA AL DÍA / Homenaje a los Profesores Normalistas

Opinión: Homenaje a los Profesores Normalistas

Rubén Leal Riquelme

Gran Orador de la Gran Logia de Chile


Miércoles 27 Agosto, 2025 | 11:25


El 26 de agosto de cada año, en distintos lugares del país, se escucha con melodiosa entonación el himno que dice "juventud normalista adelante, caballero de eterno ideal". Es la fecha en que se reunían estudiantes, egresados y profesores primarios en ejercicio, cumpliendo con una tradición que perduró hasta que se decretó el cierre de las escuelas normales, entidades formadoras de los docentes del nivel primario o básico.

Aunque ha transcurrido medio siglo desde esta clausura, cada 26 de agosto, con persistencia y vocación, cientos de profesores jubilados se dan cita en los lugares y edificios donde aprendieron la profesión que les honra, para hacer gratos recuerdos y despertar antiguas nostalgias. Estas vetustas construcciones ahora guardan silencio, pero en sus muros resuena, todavía, el eco de las voces juveniles de quienes se preparaban para servir, atesorando conocimientos y formando sus cuerpos y sus corazones con actividades deportivas, musicales, teatrales y de apoyo a sus semejantes. 

¿Qué impulsa a estos quijotes de la educación que aún se dan cita para compartir y recordar?

El profesor normalista fue formado en otra época y para otra época; con distintos criterios pedagógicos y paradigmáticos - dirían hoy los teóricos de la educación. 

Algo hubo en la formación de estos soñadores, que hoy, habiendo transcurrido tantos decenios, persisten en reunirse en el mes de agosto. 

Mística dirán algunos; compromiso cultural y social, dirán otros. 

Pareciera que el carácter formativo, integral, puede entregar algunas claves para comprender su presencia en cada ciudad donde hubo una Escuela Normal: desde Ancud hasta Antofagasta, desde la José Abelardo Núñez, en Santiago, hasta “el corazón de la Frontera”, y en casi todo el territorio de la República.  

El carácter rural de la mayoría de las escuelas normales, su acción educativa humanista y de servicio, y su estrecha relación con sus maestros - formadores de maestros - nos entregan señales para responder a nuestra pregunta.  

Hoy, la formación de profesores a ratos parece instrucción. Por ese entonces, los Cursos o asignaturas de “Música”, “Deportes”, “Conservería Casera”, “Primeros Auxilios”, “Agricultura”, “Atención de conflictos familiares y sociales”, “Tejido y Trabajos Manuales” (sin distinción de género), entre otros, no constituían asignaturas aisladas e inconexas del Plan de Formación. Estas asignaturas formaban parte de una visión integral del Ser Humano, de un sustrato epistemológico esencialmente Ético, Cívico, de Servicio Público y de integración Cultural y Social. 

Así se formaban hombres y mujeres con la intención de servir a la comunidad en la educación de personas sanas de mente y de cuerpo, con la alegría de saberse formadores de buenos ciudadanos.

En estos encuentros del 26 de agosto, se comparte un acto académico, se recuerdan actividades culturales, que en el pasado eran la base de las embajadas artísticas traducidas en acciones educativas y de cultura para la comunidad, más allá de las aulas. 

"En el corazón de la Frontera, donde crece el hualle y el laurel, hoy renace nuestra escuela, a la vida regional". 

La letra del himno de la Escuela Normal de Victoria, compuesta por don Waldo “papy” Orellana, distinguido maestro, formador en educación musical de tantas generaciones de normalista del sur de Chile y de Santiago, que supieron cumplir con su labor docente en todo el país y, en no pocos casos, más allá de nuestras fronteras. 

Nuestro recuerdo a las Escuelas Normales y nuestro homenaje a los normalistas de Chile.