En una solemne ceremonia realizada en la Gran Logia de Chile para conmemorar el 77° aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la institución rindió homenaje al ex presidente de la Corte Suprema, Milton Juica Arancibia, destacando su rol clave en la investigación de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura. La actividad contó la presencia del Ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero Vega; el Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Luis Gajardo Falcón; la Senadora Paulina Vodanovic Rojas; además de diversas autoridades masónicas de la Gran Logia de Chile y del Supremo Consejo e invitados de diversas instituciones de nuestro país.

El Presidente de la Comisión Asesora de Derechos Humanos del Gran Maestro, Luis Santibáñez Ibarra, abrió las intervenciones destacando la labor institucional en materias de difusión y educación en DD.HH. En su mensaje, subrayó la amplitud del trabajo realizado por la Comisión, señalando: “Estamos distribuyendo desde Arica a Temuco… la Declaración Universal de los Derechos Humanos y se la distribuimos especialmente a los jóvenes”. Asimismo, hizo un reconocimiento directo al homenajeado, indicando: “Usted, ministro Juica, lidió con una realidad muy concreta, con el dolor, con la indignación, con el horror de muchos hechos y ante eso tener que administrar justicia”. Santibáñez también abordó la responsabilidad de la Masonería en esta materia, recordando investigaciones sobre hermanos víctimas de violaciones a los derechos humanos y el deber institucional de mantener viva la memoria.

El homenajeado, Milton Juica Arancibia, agradeció el reconocimiento y rememoró momentos determinantes de su trayectoria profesional vinculada a causas de derechos humanos. En su intervención, señaló la relevancia histórica de la Declaración Universal: “Estos 30 artículos… fueron la base fundamental para que se divulgara y aceptara en todos los países del mundo más de 70 tratados internacionales sobre los derechos humanos”. También evocó las dificultades judiciales de la época y la importancia de perseverar en la búsqueda de verdad y justicia: “Comprendí con dolor lo terrible que era vivir bajo una dictadura ... miles de recursos de amparo pasaron por mis manos”. Juica repasó hitos de su trabajo en el “Caso Degollados” y la “Operación Albania”, señalando los obstáculos enfrentados para investigar delitos cometidos por agentes del Estado. En la parte final de su intervención, Juica enfatizó que aún persisten deudas del Estado con quienes sufrieron persecución y desaparición: “Quiero terminar señalando que los que sufrieron atrozmente la persecución de la tiranía, los que debieran estar aquí no están. Y eso es la tarea que como sociedad nos corresponde hacer”

El Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Sebastián Jans Pérez, cerró la ceremonia poniendo énfasis en la relación histórica entre la Masonería y los derechos humanos, reafirmando su carácter universal y no ideológico. Durante su intervención, recordó que la Carta de Derechos Humanos de la institución se funda en la dignidad humana como principio rector: “Los derechos humanos se fundan en el reconocimiento de la dignidad que le es propia a toda persona humana”. Sebastián Jans también contextualizó la relevancia del reconocimiento entregado a Milton Juica: “Hemos querido reconocer a una destacada personalidad, fundamental para el imperio de los derechos humanos: la justicia”. El Gran Maestro destacó que el trabajo del jurista aportó claridad jurídica y moral en tiempos difíciles, enfatizando la necesidad de instituciones capaces de proteger la dignidad humana frente a abusos del poder.

Durante la ceremonia se hizo entrega del Diploma y la Medalla “Gran Maestro Sotero del Río Gundián”, distinción que la Gran Logia otorga a personalidades que han contribuido de manera significativa a la justicia, la verdad y los valores humanistas que la Orden promueve. Con este homenaje, la institución destacó la importancia de preservar la memoria histórica y el rol que juegan figuras como Juica en la construcción de una sociedad democrática basada en la dignidad humana y el respeto de los derechos fundamentales.

Además se contó con la participación del músico-guitarrista e investigador Gonzalo Mora, quien interpretó en guitarra Tonada por Despedida de Juan Antonio Sánchez y Vals Venezolano La Negra de Antonio Lauro.