A LA MASONERÍA TEMUQUENSE Y A LOS EDUCADORES

En el Parque Isla Cautín se levanta este homenaje a los educadores masones de la zona, hombres que, con sabiduría, vocación y espíritu fraternal, han consagrado su vida al servicio del conocimiento y del progreso humano.

Este tributo se erige en conmemoración del centésimo aniversario de la Respetable Logia “Nueva Luz” N° 64, como testimonio de gratitud y reconocimiento a todos quienes, mediante la enseñanza y el pensamiento crítico, han cultivado el espíritu y el progreso de esta ciudad.

“Que la Luz de la Razón, la Educación y la Fraternidad continúe iluminando los caminos de Temuco y de su gente”.

LA PIEDRA BRUTA Y EL TOKI KURRA (MONOLITO)

En el Wallmapu, donde la naturaleza es sagrada, el pueblo mapuche honra a Ñuke Mapu, la madre tierra, reconociendo en cada elemento un Newen, fuerza que sostiene el equilibrio del mundo. Antes de extraer la piedra del cerro Codihue en Metrenco, el artesano mapuche pide permiso al lugar sagrado y asume el compromiso de darle nueva vida en la Isla Cautín, donde el monolito será símbolo de sabiduría natural.

El monolito descansa sobre el Toki Kurra, emblema de poder, protección y conexión espiritual. En él convergen dos caminos: el mapuche, que busca la unidad con la naturaleza, y el masónico, que persigue el perfeccionamiento interior. Ambos comparten la búsqueda de la armonía, donde la piedra enseña paciencia, equilibrio y superación.

Así, la piedra sagrada y la piedra masónica expresan una misma verdad: el ser humano debe perfeccionarse en armonía con el mundo. Con este espíritu, los educadores masones de Cautín han formado personas libres, críticas y solidarias, sembrando conocimiento y valores, propósito que se simboliza en el monolito entregado a la Ciudad de Temuco.

Educadores Cautín