Columna de opinión
Recordando al masón y poeta Manuel Magallanes Moure
por Manuel Romo Sánchez
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La Masonería, que exalta la belleza, ha contado siempre en sus columnas con cultores de las distintas artes, personas que han aportado su sensibilidad artística y que han enriquecido sus saberes al beber en las fuentes de nuestros misterios iniciáticos.
Uno de ellos fue Manuel Magallanes Moure, recordado poeta, narrador, pintor, crítico de arte y dramaturgo, quien construyó su poética con las alegrías y tristezas de su alma eternamente enamorada.
Magallanes fue iniciado en la Logia Unión Fraternal N°1, el 2 de enero de 1914, mismo año en que publicaría su quinto libro, titulado “¿Qué es amor?”, y allí permaneció hasta el 17 de noviembre de 1915.
El 18 de septiembre de 1916, se afilió a la Logia Victoria N°15, de San Bernardo, correspondiéndole el N°27 en el rol de sus integrantes. Obtuvo aquí su 2° grado el 10 de mayo de 1920 y el grado de Maestro Masón el 14 de noviembre del mismo año. El 12 de diciembre de 1920 fue elegido Segundo Vigilante y el 8 de diciembre de 1922, Venerable Maestro, sucediendo en este cargo al poeta, narrador y docente Francisco Zapata Lillo.
El 22 de diciembre de 1922, Manuel Magallanes Moure le escribió al Gran Maestro Alfredo Melossi, a propósito de su elección:
“Para mí mismo ha sido una sorpresa la designación que quisieron hacer los hermanos de este Taller en favor mío y aunque en un principio me negué a aceptar el cargo de Venerable Maestro, convencido como estoy de que no poseo las condiciones necesarias para desempeñarlo debidamente, hube por fin de ceder ante la insistencia de los hermanos y con la esperanza de que la buena voluntad de todos ellos para ayudarme había de suplir la deficiencia de mis aptitudes y producir la fraternal concordia que, para mí, es la base fundamental de nuestra institución”.
El 19 de enero de 1924 – ya hace un siglo – desapareció de entre nosotros.
Su colega en las artes, el hermano Carlos Préndez Saldías, escribió sobre este triste suceso en la Revista Masónica:
“La muerte del hermano Magallanes hiere a la Masonería con herida muy honda: desaparece con él el espíritu más artista que ha decorado sus columnas”.
Hoy, a un siglo de su paso al Oriente Eterno, los masones le recordamos con afecto y admiración.